Aunque los contagios de Covid-19 en nuestro país registran un aumento en la actualidad, especialmente entre los jóvenes de 20 a 30 años, la realización de fiestas protagonizadas por este sector poblacional, cuya consecuencia puede ser una mayor propagación del virus SARS-CoV-2, se mantiene como un problema recurrente. Ante ello, indicaron especialistas, es necesaria una estrategia gubernamental que concientice a dicho sector sobre los riesgos en la propagación del virus.
El Valle de México en la actualidad es la zona del país con el mayor número de casos activos de Covid-19, ya que en la CDMX había hasta ayer 28,766 contagios activos, mientras que en el Edomex sumaban 7,491.
En la capital, con cifras hasta junio pasado, la Asociación Mexicana de Bares, Discotecas y Centros Nocturnos (Ambadic) estimó que durante los meses de pandemia, las fiestas clandestinas nocturnas pasaron de 60 a 180 cada fin de semana.
En tanto que en Ecatepec, el municipio más poblado de la República, las autoridades han informado que se han cancelado 687 reuniones en estos meses de pandemia.
Javier Rincón, diseñador de 27 años, habitante del municipio mexiquense, consideró que ser joven es una ventaja para salir a fiestas. “El hecho de no tener alguien en mi círculo cercano enfermo o grave pues dije: ‘no tengo tanto riesgo’. Con el paso del tiempo vi que no me pasaba nada y pues retomé mi vida normal. He ido a antros, fiestas y reuniones, no pasa nada”, aseguró.
Javier detalló que durante las reuniones a las que ha acudido con sus amigos, algunas incluso han llegado a ser detectadas por policías locales.
“Pero parecía que iban por su mordida. En Ecatepec y Coacalco venían a ver, una breve inspección de rutina y nada más, nunca nos sacaron ni nada de eso, de menos a mí nunca me tocó”, dijo.
En cuanto a su círculo social, el veinteañero indicó que el pensamiento de que salir a fiestas y que ello no tiene consecuencias en la propagación del Covid es compartido.
“Ahora mismo la mayoría de los casos son en jóvenes. Esta es una población mucho más difícil, digamos, de regular porque tiene mucha movilidad porque en términos generales son más reacios a acatar disposiciones”, opinó Alejandro Macías, excomisionado de la pandemia de influenza H1N1 en México en el 2009.
No obstante, hay algunos jóvenes que sí reconocen los riesgos del Covid-19. Tal es el caso de Armando Santos (31 años), actual chofer de aplicación, quien derivado de la pandemia tuvo que cambiar de trabajo ya que antes era integrante de un grupo musical que actuaba en establecimientos nocturnos.
“Soy consciente que las medidas que se han tomado para evitar los contagios son nulas o insuficientes y a mí me preocupa mucho el bienestar de mi familia, por eso dejé de asistir a ese tipo de eventos hasta que se controle mucho más esta pandemia”, aseguró.
En el marco de sus labores como chofer, Armando relató que trata de protegerse del Covid con medidas que van desde ocupar tres cubrebocas, hasta usar careta y desinfectar continuamente su vehículo. “Eso ha mantenido mi distancia con el virus”, destacó.
El pasado fin de semana, El Economista realizó un recorrido en Ecatepec, en donde detectó una fiesta que se realizaba en la colonia Guadalupe Victoria. Al cuestionar a los asistentes, visiblemente molestos, prefirieron no hablar sobre la reunión.
El factor de los asintomáticos
Jorge Baruch, responsable de la Clínica del Viajero de la UNAM destacó que el Covid-19 se transfiere, principalmente, a través de personas asintomáticas.
“Lo que sí se sabe y lo que se puede generalizar es que (…) la primera medida considerada como efectiva para cortar y controlar la cadena de contagios es justo la cancelación de las reuniones pequeñas”, refirió.
En ese tenor, el académico alertó que la actual campaña de comunicación sobre el Covid del gobierno federal no es efectiva en los jóvenes. “Necesitamos una campaña especializada, diseminada a través de los medios que son compatibles para que se pueda promover una disminución de la interacción social de manera efectiva”.
FUENTE: EL ECONOMISTA
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