La ciudadanía debería ser escuchada, protegida y respetada por las autoridades y funcionarios públicos al dar a conocer que están en riesgo o por cualquier situación que de a conocer.
Sin embargo la realidad es otra muy diferente como lo que ocurrió a esta persona que de buena voluntad fue a pedir la intervención de la autoridad para protección de ella y su familia.
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