La votación para la nueva ley del agua es una farsa.
Se intento que fuera aprobada sin el tiempo suficiente para leer y revisar todo el proyecto.
De forma mal intencionada en una segunda sesión, se invito a votación solo a sus sus allegados que estaban a favor de esta propuesta.
No es ni el momento adecuado para esta propuesta, ademas que no beneficia en nada a la ciudadanía.
Entre muchos de las anomalías que esta ley pretende es dar facultad a la empresa que distribuya el agua de expropiar propiedades, ya sea por falta de pago de agua, o porque la empresa así lo decida.
Hay que estar muy atentos a este tipo de falta de democracia que afectará directamente a los ciudadanos.
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